Para comprender el Islam político
Una trayectoria de investigación sobre la alteridad islámica 1973-2016
Después de El islamismo cara a cara, cuya edición francesa es de 1995, y de El islamismo en tiempos de al-Qaida, de 2005, viene esta obra, que es de 2016 una década o poco más entre cada uno de los tres títulos! Las ediciones de Bellaterra han seguido esta pauta decenal, muestra de un interés, que entendemos general, hacia una de las voces más coherentes, autorizadas y al tiempo poco conformes con el paradigma occidental sobre la cuestión islamista. Esta obra retoma los temas clave del pensamiento de Burgat: fundamentalmente, la consideración del islamismo como la expresión más genuina de la acción política en tierras del islam y la pertinencia de «hablar en musulmán», es decir, de utilizar el léxico islámico para formular los valores de la modernidad, en cuanto que los vuelve accesibles a sus sociedades. Junto a ello, la denuncia de los errores, cuando no la brutal ignorancia, de la política occidental en el mundo islámico, y más concretamente en el árabe; unos errores que al menos en parte afectan al movimiento islamista, en cuanto que ha sido estigmatizado, acosado y directamente reprimido, siempre en defensa de los intereses creados por regímenes excesivamente sumisos a Occidente. Para cerrar la reflexión que inició El islamismo cara a cara, el autor añade un aspecto tan significativo como estimulante, el subjetivo: el relato de un compromiso personal y profesional (en ningún caso individual) con el mundo árabe. Burgat ha residido o visitado ampliamente todos los estados árabes, ha establecido relaciones profundas con sus intelectuales y creadores de opinión, ha seguido la evolución de sus sociedades y ha sacado conclusiones, que son las que presiden su visión de la realidad árabe, distintas de las de buena parte de los islamólogos de su país, frente a los que expresa sus diferencias. Para comprender el islam político es, pues, la apasionante historia de un compromiso; pero es mucho más: es afirmación y denuncia y sobre todo, una llamada a la concordia, una concordia que solo puede provenir del reconocimiento y el respeto.