Espai en blanc es el nombre de un proyecto que nació en Barcelona en 2002 con el objetivo, como dijimos entonces, «de hacer de nuevo apasionante el pensamiento». Apasionante quiere decir que nos vaya la vida en ello y eso ocurre cuando el pensamiento se hace colectivo, afecta nuestra propia manera de vivir y se alza como un desafío a las obviedades sobre las que se asienta nuestra realidad.
Nuestro espacio en blanco quería ser una brecha en el mundo-espejo que al contemplarnos reproducimos todos los días, un trinchera desde la que combatir al sentido común, un agujero en la realidad. Por eso se abrió como una grieta entre mundos, relacionándolos y alterándolos a la vez: entre la universidad y el activismo, entre el discurso político y el discurso filosófico, entre la acción y la reflexión, entre la palabra docta y la palabra anónima, entre géneros, disciplinas, registros y lenguajes. Por eso también Espai en Blanc nació como un gesto abierto y radical. Abierto a todos y a todos los imprevistos. Radical porque asume la ausencia de fundamento del pensamiento crítico hoy.