Álvaro Villar Baile es de un pueblo alegre y lleno de huertas que se llama Milagro. Quizás por eso lleva ya unos cuantos años analizando temas más bien tristes, relacionados con la vulnerabilidad social y la precariedad biológica, desde el departamento de sociología y trabajo social de la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, primero como alumno y después como investigador. En su casa aprendió que el trabajo de campo era horadar la tierra para encontrar cosas y hoy en día hace algo parecido. Actualmente se encuentra terminando su tesis doctoral sobre la experiencia de paciente oncológicos graves en el sistema vasco, a la vez que participa en Kontu Laborategia, donde escribe cosas (un poco) más felices con amigos y en solitario.