José Mansilla: "La pandemia ha provocado un cambio cultural"
Escrito en gran parte durante los meses del estado de alarma, La pandemia de la desigualdad. Una antropología desde el confinamiento (Bellaterra Edicions) sirve a su autor, José Mansilla (Sevilla, 1974), para profundizar en fenómenos como la pobreza, la precariedad o, obviamente, la misma desigualdad que la crisis de la Covid-19 ha acentuado.
Escrito en gran parte durante los meses del estado de alarma, La pandemia de la desigualdad. Una antropología desde el confinamiento (Bellaterra Edicions) sirve a su autor, José Mansilla (Sevilla, 1974), para profundizar en fenómenos como la pobreza, la precariedad o, obviamente, la misma desigualdad que la crisis de la Covid-19 ha acentuado. Profesor universitario y miembro del Observatorio de Antropología del Conflicto Urbano (OACU), Mansilla atendió a Público el lunes y se mostró convencido de que las calles recuperarán su papel tradicional como espacio del conflicto y que volverán unas movilizaciones que ve imprescindibles para lograr, justamente, una vacuna contra la desigualdad.
En el libro expone que la pobreza, la exclusión social y la desigualdad no son fenómenos precisamente nuevos, pero con la pandemia se han acentuado más. Un hecho, por otra parte, común en todas las crisis capitalistas.
La cuestión es si se ha acentuado o se ha hecho visible. Porque una de las cosas que planteo es que las sociedades actuales están construidas a partir de la desigualdad, no es un daño colateral que todos intentamos gestionar. Es necesario que haya desigualdad para que exista el sistema capitalista. Las medidas tomadas para el control de pandemia nos han mostrado un poco el backstage de la realidad. La pandemia nos ha hecho pararnos en seco y ver lo que hay. Al final del libro recojo una frase de Engels en la que dice que puedes cruzar perfectamente cualquier ciudad de Inglaterra y no ser testigo de la pobreza que habita tras sus paredes. Y, en cierta medida, esto es lo que pasaba antes de la pandemia. Ahora las paredes han caído y vemos lo que hay detrás, que es violencia de género, familias enteras que viven en habitaciones, gente que tiene una precariedad laboral que apenas le permite vivir al día, personas sin contrato, ... Todo esto ya estaba, pero ahora se ha hecho más visible.
Buena parte de la obra está escrita en los meses del estado de alarma, donde se intensificó un control social que, de manera matizada, sigue ahora. ¿Cree que será una situación que se alargará cuando se supere la pandemia?
A nivel político, creo que no. Más allá de los discursos conspiranoicos, desde el punto de vista del Estado, las instituciones y las empresas lo que se quiere es volver a la vieja normalidad, que era una normalidad de mierda y el confinamiento nos ha permitido verlo. A nivel social creo que ha perdido algo de fuerza últimamente, lo que no significa que haya desaparecido. Parece que se esté articulando políticamente y, además, ya no va tan dirigido contra gente que tenga un comportamiento incívico, sino contra el Estado y sus medidas.
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